Vos con tu mochila a cuestas,
yo con la excusa perfecta
para charlar de pavadas.
Nos hizo un guiño San Telmo,
un poco de humo en el medio,
y enloquecieron las miradas...
Quiso el destino que esa noche hiciera frio,
y que el ruido de los coches me hiciera hablarte al oido.
Y si el diablo se contenta con que dudes un instante,
vos y yo, nuestras miserias y esta noche por delante...
Amor, ¿quien sabe?
Brindamos
y el espiritu del vino
se fue haciendo nuestro amigo...
Con el corazon en llantas,
nada mejor que tu lengua
abrigando mi garganta.
Y conga, conga, conga,
y que siga la milonga, amor,
que el mozo traiga otra ronda
y que pague Dios.
Quiso el destino que ya no hiciera mas frio,
y sin coches y sin ruido, sigo hablandote al oido.
Y el diablo, que se contenta con que dudes un instante,
vos y yo, nuestras miseras y esta noche por delante...
Amor, ¿quien sabe?